LOS TACONES DE PAPÁ nos presentan el mundo del transformismo visto a través de los ojos de una joven católica apostólica y romana. Una joven que descubre que su padre, al que había perdido la pista desde niña, ha muerto y le ha dejado una parte de su herencia. Cuando acuda a despedirse de él descubrirá que su padre era un popular transformista muy conocido en el mundo de la noche madrileña.
Un texto divertido y tierno del gran autor José Warletta quien comparte la dirección con Juan Luis Iborra.
José Warletta se lanza a su primera gran producción con Los tacones de papá, un musical que pone por bandera la necesidad de reivindicar la libertad y el respeto. Así, a través de un libreto en el que prima la comedia, explora una historia ligera, distendida, que revela el reencuentro y el perdón mediante canciones en las que prima el divertimento. Por tanto, este espectáculo busca hacer pasar un buen rato a los espectadores y lo consigue. Sin duda, para aquellos que busquen un entretenimiento accesible, se verán satisfechos con las aventuras y desventuras de este grupo de personajes excéntricos, pero muy cercanos.
La comedia es su principal baza y es normal que la pieza navegue en ella en todo momento, ofreciendo varios gags donde las carcajadas llenan el patio de butacas. La construcción de los personajes se lleva al extremo, retorciendo el estereotipo para llevarlo a su favor. Por ende, se agradece que haya también una parte más reflexiva, aunque sea fácil, como ocurre cuando se reflexiona sobre la burla a la fe en una persona religiosa. Este equilibrio hace que no se banalice la diversidad de opiniones, sino busque crear puentes.